viernes, 16 de diciembre de 2011

Un año sin Beefheart

Donald Van Vliet (15/01/1941 - 17/12/2010)



...para rendir el debido homenaje, y disfrutar celebrando, aún de forma sucinta, los méritos de uno de los más grandes catalizadores artísticos del último medio siglo: ese griot dadaísta de los pantanos y los desieros del alma, encarnado en,la protéica, maximalista e intoxicante figura de Donald Van Vliet (1941-2010). Captain Beefheart, nuestro bien amado Capitán Corazón de Buey, sin cuya influencia, prolongada y decisiva como pocas, estos Pecados semanales -entre otras muchas cosas más- se hubiesen quedado en fase de pruebas a perpetuidad dentro de mi calenturienta cabeza. No lo duden ni por un instante...

Hablábamos en los "Párrafos (primera parte)" del presente auge de lo necrofilia pop, incidiendo sobre el obtuso papel de los obituarios como forma, cada vez más socorrida, de exégesis crítica a posteriori, un revisionismo conveniente, acomodaticio y, con frecuencia, soberanamente tramposo. Y debo decir con rabia, que ante el fallecimiento de Beefheart -algunos nos hemos pasado los últimos 28 años esperando un nuevo disco suyo, mientras acumulábamos indicios sobre el deterioro que su enfermedad le iba produciendo-, los ¿expertos? de la prensa generalista nacional no llegan a conseguir buena nota, que digamos. El recurrir a refugiarse en tópicos tan manoseados como el de  los excesos con el LSD, o la frágil estabilidad psíquica del personaje a estas alturas, sin ni siquiera intentar adentrarse en el abigarrado, caleidoscópico  universo musical de Van Vliet con un mínimo de curiosidad personal o profesional, resulta de una pereza intelectual indefendible, además de hacerle un flaco favor a,la percepción que el público puede experimentar de la fenomenal revuelta conceptual que Van Vliet abanderó, con terco aplomo,durante el periodo 1966-1982, plasmada con las diferentes encarnaciones de su Magic Band, en -al menos- media docena de discos asombrosos: 'Trout Mask Replica', 'Lick My Decals Off Baby', 'The Spotlight Kid', 'Clear Spot', 'Shiny Beast (Bat Chain Puller)' y 'Doc At The Radar Station' son el sustrato primordial de un canon por completo único en el rock, alimentado de riesgos asumidos con entusiasmo kamikaze; la incontestable, triunfal expresión de una humanidad vehemente y paradójica, impregnada de las esencias que dan el sentido más profundo al Delta blues y su prolongada ristra de mutaciones (de Charley Patton a Ornette Coleman, y más allá: oigan lo que Beefheart hace con "Hard Workin' Man" en la B.S.O. del 'Blue Collar' de Paul Schrader, lamentos arcanos en la cadena de montaje, que unen pasado y futuro con brutal clarividencia...). Escalofríos y asombro, nuevamente, ante la voz caucasiana, capaz, esta sí, de tutear,sin mayores problemas al mismísimo Howlin' Wolf, evocando con conmovedora autoridad -¿el Método (emocional) en su Locura...?- el dolor y los peligros, nostalgias suicidas y amor loco, el vudú que enmarca a la muerte y la pasión absoluta por sentirse vivo, en tus propios, imperfectos (inclasificables, incluso) términos. 

Lo que The Fall, Pere Ubu, The Birthday Party, Devo, Blurt, la saga Pop Group... y otros destacados acólitos beefheartianos del post-punk supieron reconocer en el glorioso (aparente) caos qué orquestó junto a la Magic Band y sus feroces deconstrucciones armónicas,forma parte de su núcleo duro, la raison d'etre del vigor artístico (pictórico, literario, musical) que Van Vliet aplicó a las demás facetas de su peculiar existencia, una filosofía personal que descartaba el miedo y prefería gritar su voluntad de saltar -metafóricamente- al vacío, antes que resultar en modo alguno previsible, auto-paródico o desnortado por falta de motivación o apetitos. Y  mediante ese espíritu infatigable y zumbón, plasmado en lamentos y celebraciones que abarcan la complejidad entera de la experiencia humana (de "Love Lies" a "Veteran's Day Poppy"; de "Too Much Time" a "Harry Irene", de "Run Paint Run Run" a "Tropical Hot Dog Night", de "I Love You, You Big Dummy" a "Best Batch Yet" ...todo, todo, TODO esta ahí...) continúa dándonos pistas relevantes sobre una grandeza que trasciende, con mucho,la caricatura fácil, o el calculado homenaje esnob. Captain Beefheart vive, y vivirá a partir de ahora, a través de un cancionero perturbador e inverosímil, presentado con la generosidad entregada de un genio consciente de su "diferencia", explorador/explotador de una finísima percepción, intuitiva y juguetona con las palabras, su significado y texturas, de las innumerables distorsiones en las que todos nos movemos, día trás día. Y en eso debe de consistir la verdadera inmortalidad, creo yo. Como ya dijo Don en su día: "Si tienes oídos, debes escuchar". Amen To That!.

(originalmente aparecido como Pecado Original #139 en Sutilezas, de El Mundo Cantabria, Diciembre de 2010)


1 comentario:

  1. http://www.efeeme.com/90076/se-edita-el-album-perdido-de-captain-beefheart-producido-por-frank-zappa/

    ResponderEliminar